Islandia es uno de esos lugares que empieza a situarse entre los destinos más atractivos del momento. Tierra de belleza salvaje, es también un territorio de muchos contrastes, como demuestra Reikiavik, la capital del país. Se trata de una ciudad cosmopolita en la que convergen, por un lado, la Naturaleza más desbordante, y, por otro, edificios vanguardistas y complejos futuristas, instalaciones de última tecnología que se mezclan con monumentos y construcciones históricas que dan buena muestra de las tradiciones nacionales islandesas. En definitiva, un exquisito cóctel de lo antiguo y lo nuevo… ¿Ponemos rumbo a Islandia?
Lo primero es buscar pasajes de avión. Con tiempo, seguro que encuentras vuelos relativamente económicos. Igualmente hay que reservar hoteles en Islandia. Una vez tenemos ya el paquete de vacaciones listo… ¡Adelante! Empezamos por la city, el centro de la ciudad. Museos, galerías de arte y teatro nos ofrecen la cara más cultural de Reikiavik. Además, durante todo el año encontramos festivales de música, de cine, todo tipo de exposiciones, eventos especiales y producciones escénicas.
En lo que respecta a infraestructuras y servicios para el visitante encontramos estupendos hoteles de lujo, hostales y hospedaje para todos los bolsillos. La gastronomía es igualmente exquisita y hay un gran catálogo de restaurantes estupendos. La cocina creativa, por un lado, y los productos frescos con ingredientes locales son los fuertes. Sobre todo, no dejéis de probar el marisco, la ternera o la caza.
Hasta aquí, las indicaciones sobre el ambiente más urbano de Reikiavik. La otra cara de la ciudad es la más bonita, la de su entorno natural y parajes. Podemos escoger entre una gran variedad de actividades: la pesca del salmón, una partida de golf a medianoche, caminatas por el glaciar, excursiones a caballo, senderismo, navegación y escalada, avistamiento de ballenas… La lista es interminable.
Por último, los balnearios y las piscinas, tanto en el centro de la urbe como en sus inmediaciones. Podremos disfrutar de un baño en pozas calientes. También las piscinas públicas y otras instalaciones que nos permitirán disfrutar tanto con la actividad y el ocio diurno y la marcha nocturna como de opciones de relax y desconexión. En definitiva, un destino de diez que os animamos a experimentar, disfrutar y después, cómo no, contarnos.