Un tesoro en medio de Argentina que se cubre de colores, vida, tradiciones, juventud, buena gastronomía y disfrute. Así puede describirse San Carlos de Bariloche, una ciudad que se levanta con el agitado ritmo del turismo y descansa en los ojos de sus pobladores, quienes se esfuerzan en mostrar lo mejor de su tierra.
Como un rincón vibrante de la Patagonia, Bariloche es una de las ciudades más visitadas de este país, por sus increíbles edificaciones y novedades turísticas. Gracias a que se ubica en el Parque Nacional Nahuel Huapi, en el suroeste de la provincia de Río Negro (junto a la cordillera de los Andes), los centros para practicar deportes en nieve cobran una gran importancia en la región.
El verano también corona a esta hermosa ciudad con grandes lagos y playas, que se llenan de visitantes ansiosos por recibir el sol inclemente de la temporada. La temperatura puede llegar hasta los 30 °C, sin nubosidad y poca brisa. Los argentinos y sus acompañantes de turno se deleitan con este ambiente que regala cada año la naturaleza y con los festivales que se realizan en las playas.
Igualmente, la vida urbana forma parte de las entrañas de esta interesante ciudad. Allí resalta la calle Mitre, la primera vía asfaltada en 1942 y donde se erigieron una gran variedad de hoteles, que invitan a conocer cada esquina del lugar. Cada paso va acompañado del aroma del chocolate, del café y del té… Un deleite único para niños y adultos.
Bariloche es una excelente opción para conocer una cultura exquisita y disfrutar de las mejores atracciones. Sus brazos están abiertos de par en par y está llena de vida para conquistar los corazones de sus visitantes, en cualquier época del año. Diversión y tranquilidad se funden a la perfección en esta hermosa esquina de la Argentina turística.