En opinión de nuestra redacción, Turquía es uno de los lugares más apasionantes del planeta, una auténtica encrucijada de caminos, donde Oriente y Occidente se dan la mano. Muy conocida por su preciosa capital, Estambul, en este post os proponemos descubrir los imprescindibles –junto con la citada ciudad- para disfrutar al máximo de este país y experimentar la más auténtica pasión turca.
Existen muchos operadores que vuelan diariamente a sus principales puntos y aeropuertos. Nuestra recomendación es contactar con una agencia de viajes en Turquía para ir perfilando mejor las visitas a realizar, para que vuestra escapada pueda ser muy aprovechada y conozcáis los lugares más interesantes y emblemáticos. Teniendo esto en cuenta, tomad nota de nuestros ‘must’ al pisar tierras turcas:
Estambul. El mejor punto de partida, una ciudad que se encuentra en todas las rutas recomendadas y que debéis incluir hasta cuando optéis por un tour personalizable para conocer los lugares más destacados del país. Y es que si hay algo IMPRESCINDIBLE en estas vacaciones es la urbe más poblada de Turquía, un universo en sí misma. Partida en dos mitades por el estrecho del Bósforo, tiene una magia y un magnetismo que atrapa al visitante. Sus mezquitas, el gran bazar, la gastronomía… Para no perdérsela.
Cappadocia. Abarca las provincias de Aksaray, Nevsehir, Nigde, Kayseri y Kirsehir. Un paisaje de apariencia lunar compuesto por caprichosas formas rocosas que ofrece su mejor cara desde el aire. De ahí que sea muy típico –y recomendable 100%- subir a un globo y dejarte impresionar por esta cara de Turquía. Puntos de visita aquí, las iglesias de las cuevas de Goreme, las ciudades subterráneas de Derinkuyu y Kaymakli, el valle de Ilhara o las famosísimas chimeneas de las hadas, que son formaciones rocosas con una caprichosa forma fálica.
Hierápolis – Pamukkale. Se encuentran en el valle del río Menderes, al suroeste de Turía. Son ruinas de la que fuera una antigua ciudad helenística que se conservan muy bien: se pueden distinguir varios templos, un teatro, calles pavimentadas… Lo más llamativo del lugar son las llamadas ‘cascadas blancas’, compuestas de piedra caliza, travertino y cal que se han formado en las laderas de la montaña, a los pies de Hierápolis. Junto con la Cappadocia, está considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Éfeso. Espectacular yacimiento arqueológico. Las ruinas de la antigua Éfeso, ciudad fundada en el siglo XI a.C. por colonos atenienses y que ofrece un magnífico legado de la época romana. Merece dedicarle un día de visita a este lugar, a los pies del Monte Coreso, en la localidad turca de Selçuk. Se puede ver la fachada de la Biblioteca de Éfeso, el Templo de Adriano, de Celso y el teatro, que tenía capacidad para hasta 24.000 personas.
Doğubayazıt y el Monte Ararat. Esta es una encantadora ciudad que se asienta sobre una infinita planicie, sembrada de altos picos, como el Ararat, el pequeño Ararat o Kaletepe, entre otros. Ararat es el más alto de todos, con 5.165 metros de altura, en las proximidades de la frontera turca con Armenia.