Si estáis buscando lugares diferentes para pasar las próximas vacaciones, en MásQviajes hemos hecho los deberes para encontrar una propuesta de destino que os va a encantar. Se trata de las islas Solovestkie, el archipiélago más enigmático del norte ruso. Así escribía de él el escritor ruso Serguèi Maxímov: “El paisaje de Solovkí (Solovestkie) contrasta mucho con las tierras vecinas, como si la naturaleza, agotada de crear pantanos y tundra, hubiera reunido sus últimas fuerzas para producir en la isla un mundo nuevo, especial, donde todo es muy familiar para el viajero…”.
Os proponemos así buscar un pasaje de avión, reservar hoteles en Rusia y rumbo a estas islas que os aseguramos os van a sorprender. Se encuentran en el norte del país y son conocidas como ‘la perla del Mar Blanco’. Para empezar, su entorno natural es diferente a todo cuanto hayamos visto, un paisaje forjado por siglos de clima extremo. Y para los que buscan lugares con historia, las también conocidas como islas de Solovkí tampoco le decepcionarán, pues cuentan con muchísimos monumentos que reflejan y recorren la historia de Rusia, en lo bueno y en lo malo…
Este archipiélago ruso está formado por seis islas, todas muy diferentes y peculiares. Una de es la de Solovkí o Bolshói Solovetski, Gran Isla de Solovkí. Aquí se extendió la taiga, mientras que en Málaga Muxalma, Pequeña Muxalma, está cubierta de tundra. Encontramos en todas ellas numerosos lagos que los monjes unieron formando canales y la fauna del lugar también es impactante: veremos desde delfines polares hasta bandadas de golondrinas de mar en el cielo.
Si os hemos convencido para descubrir Solovkí, os vamos a dar un último consejo: la mejor época del año para viajar hasta aquí es de octubre a abril. Es en estos meses cuando más se puede apreciar la belleza de estas islas rusas. El conjunto arquitectónico que conforma la propuesta de historia y cultura de Solvokí fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1992.
Lo ideal es preparar una ruta de al menos una semana para conocerlas todas, deteniéndonos en los lugares de especial interés. También disfrutaréis de la paz y tranquilidad del lugar, donde la vida parece discurrir al mismo ritmo que hace siglos.