La fortaleza del Mediterráneo. Así se conoce actualmente a la encantadora isla de Malta, un destino encantador cargado de historia, con rincones que podrían ser –y han sido- escenario tanto de películas de amor como de misterio y pasiones. Estamos ante uno de los lugares con más belleza natural de nuestra vieja Europa, ideal para disfrutar de vacaciones, relax y diversión en sus hermosas playas, magníficos monumentos y con una gastronomía que encandila a los paladares más exigentes.
Para más inri, se trata de uno de los archipiélagos de moda, a la que ponen rumbo más personas cada año… Es además uno de los destinos de vacaciones emergentes para aprender la lengua de Shakespeare, con centros y escuela de inglés para poder disfrutar del entorno, de su excelente oferta de ocio y cultura y, por qué no, volver a casa dominando la lengua ‘rey’ del momento.
Existe una interesante oferta formativa centrada en el aprendizaje de esta lengua. Cada una de ellas cuenta con varios programas, según las preferencias del alumno y las horas de dedicación que tenga pensado destinar al inglés. Una de las que cuenta con mejores críticas es MaltaLingua. Se trata de una empresa que ofrece clases con grupos reducidos de estudiantes y también sesiones particulares, para los que prefieran aprender más rápidamente. Ubicada en St Julians, está muy cerquita del mar. Esto permite sacar el máximo partido a la estancia en Malta y es además uno de los cinco planes -¡ir a la playa!- que os pasamos a proponer si apostáis por esta ciudad como lugar para estas vacaciones. ¡Atentos!
De isla en isla… y tiro porque me toca. Varias islas componen el archipiélago maltés. Las más importantes y las únicas habitadas son Malta, Gozo y Comino. Podemos ir de ruta por estas y contemplar espectaculares acantilados, escondidos valles, sitios prehistóricos, serenos y tranquilos pueblitos y las más hermosas vistas imaginables.
Cultura y patrimonio. 7.000 años de historia hacen de las Islas Maltesas lo que hoy son. Malta, la mayor de las tres islas, es la que ofrece mejores muestras de lo que fue la fortaleza del Mediterráneo. Nada como pasear por sus callejones rectos y estrechos que desembocan en el mar, contemplar sus casas, altas y elegantes, con balcones de madera y cristal. Es un lugar ideal para pasear, ya que se trata de una ciudad pequeña. Entre los sitios que también hay que visitar, Mdina, al antigua capital maltesa. Es una pequeña ciudad amurallada, ubicada en la cima de una colina, con bonitos edificios de color miel. Otra parada obligada son los templos de Hagar Qim y Mnajdra, patrimonio mundial de la Unesco. Datan del 3.200 a. C. y se encuentran entre los lugares más bellos y evocadores de Malta.
7.000 años de historia hacen de las Islas Maltesas lo que hoy son. Malta, la mayor de las tres islas, es la que ofrece mejores muestras de lo que fue la fortaleza del Mediterráneo.
Silencio, ¡se rueda! Gladiator, Troya, Munich, El Conde de Monte Cristo. Estas son algunas de las películas que han tenido como escenario Malta. Es uno de los espacios favoritos en Europa para llevar a cabo un rodaje, hasta tal punto que el London Times lo ha denominado como ‘the Mediterranean’s mini-Hollywood’. Los más aficionados al cine tienen en estos enclaves un plan más para su estancia en Malta.
Al caer el sol, pura vida. Llega la noche y Malta brilla más aún si cabe que durante el día. En estas islas adquiere más sentido que nunca el concepto de ‘vida mediterránea’, algo que atrae a muchísimos jóvenes a venir hasta aquí y que es lo que ha convertido el archipiélago en destino de moda. El bullicio, los eventos y las ganas de disfrutar son la nota predominante.
Existen multitud de clubes, pubs y discotecas, para todos los gustos y edades. Además, en verano la oferta de conciertos es espectacular.
Cocina mediterránea con un toque especial. Pastel de pescado, estofado de conejo, una suerte de pisto maltés, sopa de viudas, paté de judías con ajo… La gastronomía insular es única por su mezcla de sabores y aromas. Basada en la dieta mediterránea, tiene un toque especial que le da el haber sido sitios de largas conquistas y ocupaciones extranjeras. Para probar se nos vienen a la cabeza mil platos, pero imprescindible su ‘Hobs biz-zejt’, rebajada de pan bañada en aceite de oliva, con tomates maduros y relleno de una mezcla de atún, cebolla, ajo, tomates y alcaparras. También su ‘pastizzi, hojaldre con requesón o puré de guisantes.
Si queréis ir abriendo boca, y nunca mejor dicho, os dejamos este spot como aperitivo de lo mucho que podemos saborear y experimentar en Malta.